Nuestra película de posguerra

Por: Catalina Vela

En un video publicado el 22 de septiembre en la cuenta de Twitter de la película Los Reyes del Mundo se ve a los cinco jóvenes protagonistas descendiendo las escaleras de un teatro inmenso en San Sebastián, España. Detrás de ellos vienen tres mujeres, son Laura Mora, Cristina Gallego y Mirlanda Torres, directora y productoras de la película. 

El público del SSIFF aplaude sin parar, los chicos no dejan de abrazarse y posar ante las cámaras haciendo gestos de incredulidad y de victoria al mismo tiempo. Lloran, ríen y saltan, su felicidad es evidente, están triunfando a más de ocho mil kilómetros de Medellín. 

Dos días después el jurado del Festival de San Sebastián escoge a Los Reyes del Mundo como ganadora de la Concha de Oro. Es la primera vez que una película colombiana recibe este reconocimiento de gran importancia dentro de la industria del cine. 

La expectativa para ver esta película que se estrenó en Colombia el 13 de octubre en más de 90 pantallas era muy grande, no solo por los premios que ha ganado (San Sebastián, Zurich, Biarritz), si no por el equipo conformado en su mayoría por mujeres que hacen cine en el país. También porque el proyecto había sido ganador en 2018 del estímulo integral que otorga 2.500 millones de pesos para cubrir todas las etapas de la película. 

En Cartagena la pudimos ver en tres salas y solo durante una semana. Las cifras de exhibición de Proimágenes reportan 380 espectadores en salas cartageneras y 28.117 a nivel nacional en su primera semana.  La ópera prima de la joven directora Laura Mora, Matar a Jesus, ganó en 2018 el premio EGEDA en el FICCI. Es paradójico que siendo Cartagena la casa del festival de cine más antiguo e importante del país solo reportemos algo más del 1% del público nacional a una película colombiana. Y una película como esta, especialmente. 

Los Reyes del Mundo es la historia de 5 jóvenes que han sobrevivido en las calles de Medellín. En las primeras escenas se ve una ciudad caótica, un universo de puentes, vías mojadas por la lluvia que reflejan las luces de los semáforos y las farolas, luego una plaza llena de niños y adolescentes, el hueco, una pelea, machetes, puños y pandillas. Los protagonistas de la película son expulsados de su propio lugar, de su territorio, esa misma escena se repite y se repite en distintos lugares donde no son bienvenidos.  Por eso lo que Ra, el líder de esta pandilla, quiere y reclama, es el derecho a estar en un lugar donde no los saquen a patadas, donde cada hombre pueda ser lo que quiera ser. 

Al recibir la noticia que llevan tiempo esperando de la oficina de Restitución de tierras, agarran un morral y dos bicicletas y se aventuran por carreteras, trochas y ríos hasta Nechí, en el Bajo Cauca Antioqueño, una de las regiones colombianas donde más se ha sufrido la guerra con presencia de diversos grupos armados y organizaciones criminales que se disputan el territorio por la inmensa riqueza aurífera y las rutas del conflicto. El peligro adquiere entonces una dimensión diferente cuando quienes atraviesan ese corredor son estos cinco jóvenes que le han perdido el miedo a todo y sin embargo se abrazan, se cuidan, se alimentan y se acompañan. 

Los Reyes del Mundo es nuestra película de la posguerra, aunque la guerra sigue. Se firmó un acuerdo de paz con uno de los grupos armados que controlaban una parte del territorio, las FARC, pero las estructuras criminales renacen y se reproducen. 

Hay escenas de la película que llenan de esperanza porque se impone la fuerza del amor y de los afectos en largos y tiernos abrazos, pero hay otras que revientan el alma como la de la pareja de campesinos que han retornado a su tierra, a una casa que está totalmente invadida por la maleza que ha crecido entre los muros y los muebles dejando a los humanos fuera. 

La exuberante naturaleza, los imponentes paisajes de montañas, bosques y cañones, eso que se nos ha dicho que es la gran riqueza, la reserva de la biosfera, el agua, la biodiversidad, es en esta película un lugar tan bello como siniestro donde se conoce la verdad de la naturaleza humana. Los protagonistas se enfrentan a sus propias pasiones, a la violencia física y a la burocracia de un Estado que lejos de garantizar derechos es un obstáculo para la vida. 

Los Reyes del Mundo lo son por su coraje, por su capacidad de amar, por su determinación, no por una ley o un papel firmado que no sirve para nada.